Los Pueblos Indígenas mantienen sistemas de salud ancestrales que son legítimos y efectivos. La Autonomía en Salud implica incorporar un enfoque de interculturalidad basado en el respeto a esos sistemas y en la participación de los indígenas en la toma de decisiones referidas a la planificación y gestión de los Servicios de Salud, y en la ejecución de acciones de salud que respondan a las necesidades sentidas por la comunidad.

Los indígenas han ganado espacio en la construcción de Políticas Públicas orientadas a sus Pueblos, en las que se consideran elementos claves:

La accesibilidad física, económica y cultural a los servicios de salud;

La utilización de plantas y prácticas medicinales tradicionales, y la inclusión de terapeutas tradicionales en los servicios de salud (chamanes, curanderos, parteras y otros).

La oficialización de los Sistemas de Salud indígenas, a través de normas legales que aseguren el reconocimiento de las prácticas tradicionales, evitando la penalización de las mismas.

La transformación de los sistemas de salud a modelos alternativos que impulsen espacios de encuentro y diálogo entre seres, saberes y prácticas de la medicina tradicional con la medicina oficial u occidental.

En Bolivia se fundó en 1983 la Sociedad boliviana de Medicina Tradicional, que desarrolló junto al Estado un Hospital Kallawaya con más de 30 médicos indígenas que comparten su tarea con los médicos modernos, y son igualmente remunerados por la prestación de sus servicios. El Hospital es co-gestionado por los indígenas y el Estado.

En Panamá, el Congreso General Kuna es responsable de tomar las medidas de salud necesarias para su población, solicitando a las autoridades nacionales la instalación y equipamiento de sus Centros de Salud y Hospitales. Es decir que el Estado garantiza los equipos y recursos humanos y económicos para que los Pueblos Indígenas satisfagan sus necesidades de salud.

Cabe mencionar, que los Pueblos Indígenas de Latinoamérica ostentan los peores indicadores de salud y nutrición del Continente, lo que además de hacer patente la necesidad de moverse hacia modelos alternativos de gestión y planificación de la Salud, nos muestra la necesidad de trabajar sobre otros factores que inciden sobre la salud, como la tenencia de los territorios, las fuentes de empleo y los mercados justos para sus productos, los servicios básicos (agua potable y saneamiento), la alimentación, y la pobreza. La salud intercultural es un espacio adonde las desigualdades no son ocultas, sino que deben ser confrontadas.

Foto: Gentileza de Diana Córdoba – Comunidad Cocomacia, Colombia.
Programa Bosques y Territorios étnicos del Chocó Darién Colombo-ecuatoriano: protección territorial, manejo y comercio responsable. OXFAM Colombia.